Me encantan los relojes de sol. En el Parque de las Ciencias de Granada tuve ocasión de ver relojes de sol "corregidos", que tienen en cuenta la fecha para corregir el efecto de la inclinación del eje terrestre respecto al sol y que así la hora solar coincida con la del reloj de pulsera, pero no tienen el mismo encanto que esos que te hacen exclamar que el sol atrasa tres horas (y además, no sé leerlos). Ahora que al fin tengo cámara propia, me he propuesto recopilar todos los que he podido ver en las fachadas de las diferentes iglesias, en el Parque de María Luisa (que es ése que veis ahí arriba), ¡incluso en el aparcamiento del Mercadona de Sevilla Este!
Esto que veis aquí es una placita situada en mitad de los aparcamientos de Centro Este, frente al FIBES. Está rodeada por un Mercadona, un Lidl, un Aldi y un Miró. El sol atrasa tres horas, el gnomon está cubierto de pintadas, el suelo está sucio y yo soy tan mala fotógrafa que no fui capaz de encontrar un lugar desde el que fotografiarla entera. Situada en un lugar triste, con un aspecto de abandono igualmente triste, esa plaza es uno de mis sitios favoritos para sentarme a leer, generalmente a la altura de las doce. Dado que está situada sobre el aparcamiento subterráneo, está lo bastante elevada como para no ver los coches estacionados a su alrededor; encerrada entre las edificaciones, el tráfico de la avenida queda muy lejos, pero se ve perfectamente la cúpula dorada del FIBES; y tiene algo de sedante mirar entre página y página cómo la sombra se va moviendo a tus pies, marcando el paso del tiempo.
Lamentablemente, este mes de agosto el sol pega demasiado fuerte como para sentarme allí a la hora de la comida, a ponderar cómo, por muy aislada que pueda sentirme, no puedo sustraerme del paso de las horas.
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