sábado, 21 de marzo de 2009

Y a la pequeña abeja la llamaron Maya...

Si alguien conoce mis andanzas, sabrá que todos los sábados por la mañana (bueno, todos los sábados que no tengo otra cosa que hacer o que no se me pegan las sábanas) voy al Mercadillo Cultural del Pumarejo, donde montamos un puestecillo para hacer proselitismo becero. En El Pumarejo hay una antigua casa-palacio que los vecinos han habilitado como espacio común y en el que se realizan desde presentaciones de libros (mañana domingo a las siete de la tarde hay una, aunque no me he quedado con el título) hasta clases de español para inmigrantes: el último proyecto ha consistido en organizar una biblioteca vecinal, compuesto exclusivamente por libros donados por particulares, que abre de lunes a viernes, de siete de la tarde a nueve de la noche. Y como allí guardan los participantes en el Mercadillo sus avíos, hemos decidido que los libros de BookCrossing no se guarden, sino que queden expuestos en una estantería a modo de Zona Oficial de Cruce.

Lo malo es que quien estas palabras teclea disfruta estando entre libros, manoseándolos, leyendo sinopsis, hojeando, mirando ilustraciones... Así que he termnado implicándome (un poquito) en los asuntos de la biblioteca y hoy me puse a separar los libros infantiles de los juveniles y a ordenar los ejemplares en orden alfabético según el autor. Cuál no sería mi sorpresa al encontrar entre los libros uno de un tal W. Bonsels titulado "La abeja Maya". Como mi infancia comprende gran parte de los años 80, La abeja Maya es de las primeras cosas que recuerdo haber visto en televisión, pero no sabía que estuviera basada en un libro. Y como nunca puedo resistirme a una novela en la cual se haya basado alguna serie o película de mi agrado, me he traído el ejemplar a casa (en préstamo, claro) y no veo el momento de leerlo:

"Maya, una joven abeja que se rebela contra las leyes demasiado estrictas de su pueblo y se escapa e la colmena, vuela libre por el campo y descubre el encanto y los peligros del mundo que la rodea.

La novela que cuenta las aventuras de Maya, traducida a veinte idiomas, es interesantísima y emocionante, pues llegamos a identificarnos de tal modo con lo que siente la pequeña abeja que es como si nos ocurriese a nosotros mismos.

Waldemar Bonsels, poeta a la par que filósofo, escribió esta novela que es ya un clásico entre los libros para los niños."

Parece ser que la primera traducción al castellano de esta obra data de 1928, así que me da un poco de miedo lo que pueda encontrar... ¿Un estilo que trate a los niños como tontos perdidos y en lo que todo sea dulce y edulcorado? ¿Habrá un Willy y un Flint como los que yo recuerdo de la serie? ¿Terminaré defraudada? Probablemente sí, pero tener este libro ante mí y no leerlo sería dejar pasar una oportunidad de rememorar viejos tiempos.

Ya contaré qué tal (o a lo mejor no :P).

lunes, 16 de marzo de 2009

Motivos para no escribir

Tenía por ahí un comentario que decía algo del estilo "A ver si escribes, coño". Este blog lo actualizo con mucha más asiduidad que el blog "impersonal", el dedicado a lecturas, frikerío y similares, pero es que los motivos para no escribir son muchos. La vida real no siempre deja tiempo para desarrollar la virtual.

Algunos motivos para no escribir en el blog son:
1.-No tengo nada digno que contar...
2.-...o sí lo tengo, pero no son cosas que quiera airear públicamente por internet. Considero que hay temas que es mejor tratarlos con los amigos, cara a cara, frente a un café.
3.-Tengo demasiados libros por leer y últimamente estoy pasando una racha lectora excelente, porque todo lo que cae en mis manos termina por fascinarme.
4.-Quien dice que tengo muchos libros por leer, dice mucho manga por leer y mucho anime por ver. En lo que respecta a esto último, tuve que formatear y no me funcionan los altavoces, con lo cual las series se siguen acumulando sin que pueda verlas porque, a pesar de los subtítulos (todo el anime lo bajo en V.O.S.), la ausencia de audio convierte el visionado en algo muy triste.
5.-Me he aficionado al Photoshop. Por si no hubiera ya suficientes grupos de scanlation peleándose por gilipolleces y enzarzándose en discusiones absurdas sólo porque quieren ser los más leídos y les molesta que alguien más pueda cultivar su terreno, yo también me he sumado. Es muy entretenido y consume bastante tiempo.
6.-Me falta tiempo. No recuerdo quién dijo que el hombre feliz es aquel que durante el día, a causa de su trabajo, y por la noche, a causa del cansancio, no tiene tiempo de pensar en sus cosas. Y si no puedo pensar en mis cosas, mucho menos puedo contarlas, que a pesar de que jamás fui ordenada ni clara en mis exposiciones, algo de reflexión sí es precisa a la hora de redactar.
7.-Estoy anquilosada. Hace tanto tiempo que no escribo que he perdido toda la facilidad de palabra. Me paso la vida consultando la RAE para ver si el significado de cada palabra se ajusta bien a su contexto y mi prosa no es fluida en absoluto. Es más, ya ni siquiera es prosa: escribo tal y como hablo. Para más inri, considero que nada de lo que tenga que contar puede tener interés más que para mis amigos, con lo cual me remito a la parte del punto 2 que hace referencia al café. Para aquellos amigos que viven lejos, siempre nos quedará el Gtalk :P
8.-He ampliado horizontes. Y es que hay vida más allá de internet, de las exposiciones, de las novelas, de los manga y de los anime: por ejemplo, siempre se puede ejercer de bibliotecaria improvisada, ayudar a amueblar el piso de mi hermana para que se pueda independizar, ver el poblado ibero de Ullastret... Cosas pequeñas, sin trascendencia, pero igualmente gratificantes.

Todo lo anterior se resume en una especie de principio de Heisenberg: cuando tengo tiempo, no tengo ganas; y cuando tengo ganas, no se me ocurre qué contar. Y es que la vida real se interpone entre mis afanes blogueros y yo, cuando no es mi padre el que se sienta a jugar al buscaminas y me impide todo acceso al ordenador.

sábado, 14 de marzo de 2009

Otra vez en la guía Schmap

Ya conté que me hizo ilusión que incluyeran una foto que yo hice en una guía de Sevilla: cuál no sería mi sorpresa cuando volvieron a requerirme para que cediera una foto de la fachada del Museo de Historia Natural para una guía de Barcelona...

El resultado puede verse en este enlace y la foto en concreto es la siguiente:
Barcelona 065
Debo reconocer que el Museo de Historia Natural dio para muchas fotos, no sólo por su fachada de fortaleza en miniatura, sino por un contenido que asemeja una biblioteca antigua, con sus anaqueles de madera, una sala de exposición tan amplia y tan llena de vitrinas con animales disecados... Adentrarme en esa sala fue como salirse del tiempo para internarse en el siglo XIX.

¿Cogerán alguna de mis fotos de Gerona? Por más que me pese, Cataluña es una comunidad autónoma que me está gustando muchísimo para hacer turismo...