domingo, 24 de mayo de 2009

La palabra del día (VI): biznaga

Ayer sábado, entre otros muchos sitios (fue un día que cundió mucho, como hacía tiempo que no pasaba una jornada), fui a la Feria del Libro de Sevilla. En teoría, sólo iba a acompañar a un par de amigas para tomar café y pasar un ratito agradable, dado que la cantidad de libros que tengo en casa por leer no cesa de aumentar (de hecho, en esa lista no están incluidas todas las adquisiciones de los últimos meses, ni los libros que cacé en el Encuentro de Ciudad Real), pero la carne es débil...

La carne es débil y la tentación demasiado fuerte, porque cuando vi aquel ejemplar de Crímenes ejemplares, de Max Aub, con su portada llena de calaveras sonrientes, su pequeño formato, sus páginas negras con letras plateadas y el sucinto "Lo maté sin darme cuenta. No creo que fuera la primera vez." que se daba por toda descripción del contenido en la contraportada, el precio no me importó. De ordinario me hubiera dolido gastarme doce euros (10.80 tras hacerme el 10% de descuento) en una cosita tan pequeña que su lectura me llevaría menos de una hora, pero un día es un día, acababa de sacar dinero del cajero y ¡era un libro con las páginas negras y la tipografía plateada, de temática macabra! ¿Quién puede negarse a eso?

Y he aquí que, en la descripción de un asesinato cuyo móvil era la irritante manía del finado de hurgarse los dientes con un palillo, aparece la palabra biznaga. Por lógica, una biznaga tenía que ser un mondadientes, pero no obstante acudí a la web de la RAE y allí encontré lo siguiente:

biznaga.

(Del ár. hisp. *bis[s]ináqa, y este del lat. pastināca).

1. f. Planta de la familia de las Umbelíferas, como de un metro de altura, con tallos lisos, hojas hendidas muy menudamente, flores pequeñas y blancas, y fruto oval y lampiño.

2. f. Cada uno de los pies de las flores de esta planta, que se emplean en algunas partes para mondadientes.

3. f. And. Ramillete de jazmines en forma de bola.

Yo soy andaluza y ni siquiera sabía que una moña de jazmines se llamase biznaga... He obviado una segunda acepción que hace referencia a un cactus mejicano.

¡Y yo que pensaba que con este libro sólo iba a aprender razones originales para justificar una muerte!

domingo, 10 de mayo de 2009

La palabra del día (V): yoqui

Supongo que siendo esto un blog estrictamente personal tendría que contar algo de mi vida, pero ya compartí el Encuentro Nacional de BookCrossing en vivo con los asistentes y por teléfono con quienes no pudieron acudir pero me hubiera gustado ver; además, vuelvo a ser un miembro productivo de la sociedad y el trabajo y otras distracciones consumen mi tiempo, de modo que no hay mucho que pueda contar.

Entre esas otras distracciones se cuenta el manga. A nadie se le oculta que he sido miembro activo del staff de algún fansub (ninguno de los grandes, claro) y que sigo desarrollando alguna labor en ese aspecto. Como dicha labor consiste en mantener los diálogos a salvo de barbaridades ortográficas y gramaticales, a veces me surgen dudas que de ordinario no tendría y me paso la vida en la página de la RAE, que tendría en favoritos si no tuviera una url tan sencilla :P

La duda de hoy, en cuestión, era si dese (tercera persona del singular del presente de subjuntivo del verbo dar, o algo así, seguido del pronombre se) llevaba tilde o no. Puede parecer que la respuesta es obvia, pero por si acaso me fui a la Ortografía de la lengua española y leí las normas de acentuación: en la página 30, apartado 4.7.3 ("Acentuación de formas verbales con pronombres enclíticos") encontré la solución y de paso descubrí algo que no sabía. "Las palabras llanas terminadas en y deben llevar tilde: póney, yóquey.", ante lo cual me pregunté ¿pero yóquey existe en castellano? La respuesta es que , importada directamente del inglés. Si descubrir que he estado escribiendo poni con lo chulo que hubiera quedado ponerle tilde al póney ya ha sido un trauma, lo de yóquey me ha hecho daño en los ojos...

Y ya de paso he buscado enclítico, claro.