domingo, 11 de octubre de 2009

La palabra del día (XI): inmarcesible

El día 4 de octubre fue la jornada de puertas abiertas de la biblioteca Infanta Elena y entre las muchas actividades realizadas llevaron a cabo la liberación de trescientos libros, dado que se constituyeron en Zona Oficial de Cruce tiempo ha. Y dado que yo soy usuaria de la web de BookCrossing, allá que fui a cazar algún libro, porque encontrar alguno "liberado a lo salvaje" suele ser difícil y estaba segura que entre tanta oferta encontraría alguno interesante. De hecho, encontré cuatro interesantes. Uno de ellos es Cuentos municipales 2, que recoge una serie de relatos ambientados en las distintas ciudades españolas, escritos por diversos autores, clásicos y actuales.

El primer cuento contenido en esta recopilación está dedicado a Huelva, escrito por Juan Cobos Wilkins y titulado ¿En qué se parece a Londres? y en su primera página, en la descripción de un cabezo (formaciones terciarias consistentes en montículos de tierras arcillosas y aislados por terreno llano cubiertos de vegetación mediterránea), aparece la palabra inmarcesible:

inmarcesible.
(Del lat. immarcescibĭlis).
1. adj. Que no se puede marchitar.

No recuerdo haberla leído antes y, como dudo que pueda introducirla de manera natural en mis conversaciones cotidianas, la anoto aquí para no olvidarla, como otras tantas palabras.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Jejeje, esto de "la palabra del día" me ha hecho sonreír recordando los tiempos en que unos amigos y yo (en el instituto) solíamos _intercambiar_ palabras nuevas que encontrábamos en nuestro quehacer (o "queleer", "si usted me entiende" -como decían en "El Señor de los Anillos"-) diario.

A mí incluso me gustaba memorizar la definición exacta-y-ortodoxa (esto es, la de la RAE), proveniencia de la palabra incluida, y a tal fin me compré el diccionario de la RAE, jeje, que suponía yo (en mi ingenuidad) que era "la última palabra" en cuanto a definiciones en español se refería. Qué decepción me llevaría después con sus notables ausencias... (como por ej. "catatónico", que fue, si no recuerdo mal, la primera ausencia notable que advertí... pero vendrían muchas más).

Abrazos cordiales,
Dr. Esperanto