Si alguien conoce mis andanzas, sabrá que todos los sábados por la mañana (bueno, todos los sábados que no tengo otra cosa que hacer o que no se me pegan las sábanas) voy al Mercadillo Cultural del Pumarejo, donde montamos un puestecillo para hacer proselitismo becero. En El Pumarejo hay una antigua casa-palacio que los vecinos han habilitado como espacio común y en el que se realizan desde presentaciones de libros (mañana domingo a las siete de la tarde hay una, aunque no me he quedado con el título) hasta clases de español para inmigrantes: el último proyecto ha consistido en organizar una biblioteca vecinal, compuesto exclusivamente por libros donados por particulares, que abre de lunes a viernes, de siete de la tarde a nueve de la noche. Y como allí guardan los participantes en el Mercadillo sus avíos, hemos decidido que los libros de BookCrossing no se guarden, sino que queden expuestos en una estantería a modo de Zona Oficial de Cruce.
Lo malo es que quien estas palabras teclea disfruta estando entre libros, manoseándolos, leyendo sinopsis, hojeando, mirando ilustraciones... Así que he termnado implicándome (un poquito) en los asuntos de la biblioteca y hoy me puse a separar los libros infantiles de los juveniles y a ordenar los ejemplares en orden alfabético según el autor. Cuál no sería mi sorpresa al encontrar entre los libros uno de un tal W. Bonsels titulado "La abeja Maya". Como mi infancia comprende gran parte de los años 80, La abeja Maya es de las primeras cosas que recuerdo haber visto en televisión, pero no sabía que estuviera basada en un libro. Y como nunca puedo resistirme a una novela en la cual se haya basado alguna serie o película de mi agrado, me he traído el ejemplar a casa (en préstamo, claro) y no veo el momento de leerlo:
"Maya, una joven abeja que se rebela contra las leyes demasiado estrictas de su pueblo y se escapa e la colmena, vuela libre por el campo y descubre el encanto y los peligros del mundo que la rodea.
La novela que cuenta las aventuras de Maya, traducida a veinte idiomas, es interesantísima y emocionante, pues llegamos a identificarnos de tal modo con lo que siente la pequeña abeja que es como si nos ocurriese a nosotros mismos.
Waldemar Bonsels, poeta a la par que filósofo, escribió esta novela que es ya un clásico entre los libros para los niños."
Parece ser que la primera traducción al castellano de esta obra data de 1928, así que me da un poco de miedo lo que pueda encontrar... ¿Un estilo que trate a los niños como tontos perdidos y en lo que todo sea dulce y edulcorado? ¿Habrá un Willy y un Flint como los que yo recuerdo de la serie? ¿Terminaré defraudada? Probablemente sí, pero tener este libro ante mí y no leerlo sería dejar pasar una oportunidad de rememorar viejos tiempos.
Ya contaré qué tal (o a lo mejor no :P).
Lo malo es que quien estas palabras teclea disfruta estando entre libros, manoseándolos, leyendo sinopsis, hojeando, mirando ilustraciones... Así que he termnado implicándome (un poquito) en los asuntos de la biblioteca y hoy me puse a separar los libros infantiles de los juveniles y a ordenar los ejemplares en orden alfabético según el autor. Cuál no sería mi sorpresa al encontrar entre los libros uno de un tal W. Bonsels titulado "La abeja Maya". Como mi infancia comprende gran parte de los años 80, La abeja Maya es de las primeras cosas que recuerdo haber visto en televisión, pero no sabía que estuviera basada en un libro. Y como nunca puedo resistirme a una novela en la cual se haya basado alguna serie o película de mi agrado, me he traído el ejemplar a casa (en préstamo, claro) y no veo el momento de leerlo:
"Maya, una joven abeja que se rebela contra las leyes demasiado estrictas de su pueblo y se escapa e la colmena, vuela libre por el campo y descubre el encanto y los peligros del mundo que la rodea.
La novela que cuenta las aventuras de Maya, traducida a veinte idiomas, es interesantísima y emocionante, pues llegamos a identificarnos de tal modo con lo que siente la pequeña abeja que es como si nos ocurriese a nosotros mismos.
Waldemar Bonsels, poeta a la par que filósofo, escribió esta novela que es ya un clásico entre los libros para los niños."
Parece ser que la primera traducción al castellano de esta obra data de 1928, así que me da un poco de miedo lo que pueda encontrar... ¿Un estilo que trate a los niños como tontos perdidos y en lo que todo sea dulce y edulcorado? ¿Habrá un Willy y un Flint como los que yo recuerdo de la serie? ¿Terminaré defraudada? Probablemente sí, pero tener este libro ante mí y no leerlo sería dejar pasar una oportunidad de rememorar viejos tiempos.
Ya contaré qué tal (o a lo mejor no :P).