Ayer, como todos los sábados de temporada, tuvo lugar el Mercadillo Cultural del Pumarejo, en que tenemos montado un puestecillo becero. Me dirigía en autobús hacia la Macarena cuando observé escandalizada a un montón de niñatos pintando un contenedor de reciclaje de vidrio. Habían extendido un plástico sobre el suelo, pero en lugar de pensar en qué cívico resulta tener la preocupación de no manchar las aceras, pensé que tendría que venir la policía y llevárselos a todos, o que alguien tendría que sugerirles que pintasen así las paredes de los pisos de sus padres, a ver qué les parecía la idea a sus progenitores...
Cuál no sería mi sorpresa, cuando, por la tarde, me encuentro a más personas pintando más contenedores: parece ser que la iniciativa parte de Lipasam (la empresa municipal de recogidas de basuras en Sevilla) y del Ayuntamiento, que han convocado un concurso de graffitis utilizando los contenedores como soporte. Es curioso que la noticia que enlazo afirme que quiere promocionar el graffiti como arte y no como acto vandálico, porque lo primero que pensé al ver a los artistas fue "Menuda panda de gamberros".
Sin embargo, hay que reconocer que algunos quedaron muy graciosos:
(qué ganas de comer esponjitas o cualquier chuchería me entraron viendo éste).
Aunque otros, para mi gusto, son un horror:
De todos modos, y ya que hablamos de vandalismo, a ver cuánto tiempo duran intactas estas obras, sin que venga un espontáneo con un rotulador indeleble a escribir encima "Marisa, te quiero" o "Puto Betis".
Cuál no sería mi sorpresa, cuando, por la tarde, me encuentro a más personas pintando más contenedores: parece ser que la iniciativa parte de Lipasam (la empresa municipal de recogidas de basuras en Sevilla) y del Ayuntamiento, que han convocado un concurso de graffitis utilizando los contenedores como soporte. Es curioso que la noticia que enlazo afirme que quiere promocionar el graffiti como arte y no como acto vandálico, porque lo primero que pensé al ver a los artistas fue "Menuda panda de gamberros".
Sin embargo, hay que reconocer que algunos quedaron muy graciosos:
(qué ganas de comer esponjitas o cualquier chuchería me entraron viendo éste).
Aunque otros, para mi gusto, son un horror:
De todos modos, y ya que hablamos de vandalismo, a ver cuánto tiempo duran intactas estas obras, sin que venga un espontáneo con un rotulador indeleble a escribir encima "Marisa, te quiero" o "Puto Betis".